Esta es nuestra historia. Una historia que no se mide solo en proyectos o lugares alcanzados, sino en nombres y rostros concretos. Porque cada paso de MAIN fue posible gracias a personas que dijeron “sí” y se sumaron a la misión. Cada nombre importa, cada vida cuenta, y cada uno fue dejando huellas que nos trajeron hasta aquí.
MAIN nació en los años 1985/86 bajo el nombre Misión Amigos de Guinea Ecuatorial (MAGE). La visión comenzó cuando Rino Bello, director de Cruzada Argentina a Cada Hogar, sintió el llamado de orar por un país africano de habla hispana y Dios le mostró Guinea Ecuatorial. Tras un viaje a España y luego a Guinea, confirmó la necesidad. Paralelamente, el misionero sueco Lennart Englund, radicado en Chubut, se sumó al proyecto y junto con Bello, Roberto Grancharoff y Arnaldo Canclini formaron la primera comisión.
Se buscaba un médico misionero, y el llamado fue respondido por Abel y Patricia Vallejos, jóvenes de Neuquén, quienes en 1988 viajaron a Malabo con sus hijos, iniciando así la obra. Después de su primer período, fueron reemplazados temporalmente por Juan Emilio y Adriana Palacios. En su segundo envío, Abel sufrió una agresión en Malabo y la familia se trasladó a Guinea Bissau con apoyo de Naciones Unidas.
Lennart Englund, primer presidente de MAIN
Familia Vallejos
Familia Palacios
Durante la década de 1990, nuevas familias y obreros se sumaron: Giners, Ortiz, Azattis, Martín y Helen Salinas, quienes ampliaron la labor médica, educativa y pastoral, y también trabajaron en otros países africanos como Mozambique, Angola, Senegal, Guinea Bissau y Malí.
Esta oportunidad de alcanzar nuevos paises llevó a la decisión de cambiar el nombre de MAGE (Misión Amigos de Guinea Ecuatorial) por MAIN (Misión Argentina Interdenominacional a las Naciones).
Helen Salinas
Familia Martin
Helen Salinas en campo misionero
Daniel Martin
A finales de los 90 y principios de los 2000, nuevos obreros como Nilda y Juan Carlos Fioretti y Fabiana Pereira, también de Argentina, viajaron a Guinea Ecuatorial para continuar la labor. Los Fioretti permanecieron durante seis meses, mientras que Fabiana lideró un proyecto de nutrición para madres y niños desnutridos, fortaleciendo la obra social y comunitaria de la iglesia.
En 2001, la Iglesia Bíblica Misionera en Malabo se consolidó como independiente, y representantes de MAIN en Argentina encomendaron formalmente a sus líderes, asegurando así la continuidad de la obra. Entre los proyectos más importantes de este período se encontraban el Proyecto Bubi, destinado a llevar el evangelio a los poblados del interior de Bioko, la expansión de la Escuela Emanuel, y programas de nutrición y huertas comunitarias con el proyecto Pan Diario.
Hacia 2005, la Comisión Directiva de MAIN estaba conformada por Lennart Englund como presidente, Rino Bello como secretario ejecutivo, Daniel Paretti, Oswaldo Lewczuk y José Colacilli como tesoreros. Otros integrantes que también formaban parte, aunque no aparecen en la fotografía de la época, eran David Albornoz y Roberto Grancharoff.
Para entonces, MAIN había logrado consolidar una obra misionera sólida en Guinea Ecuatorial y otros países africanos, sustentada por la entrega de numerosas familias y personas que dejaron sus hogares para servir. De este modo, se veía cumplida la promesa de Isaías 43:19: “abrir caminos en medio del desierto y ríos en la soledad”.
Nilda y Juan Fioretti
Juan Fioretti bautizando nuevos creyentes
Fabiana Pereira
Comisión Directiva de MAIN
Para comienzos de esta época la mesa directiva estaba compuesta por Fernando Díaz como presidente, Oswaldo Lewczuk y José Colacilli como integrantes de la mesa directiva.
En Mozambique, se apoyó con fuerza el Proyecto de Nutrición en Dondo, liderado por Roberto y Laura Gómez, y se impulsaron capacitaciones pastorales con el Pr. Juan Carlos Fioretti y cursos SEAN. También se promovieron talleres de medicina natural (ANAMED) con Daniel Martin y se ofrecieron becas educativas a jóvenes locales como Benjamín.
Fuera de Mozambique, MAIN acompañó la continuidad del ministerio de Fabiana Pereyra en Guinea Ecuatorial, proyectos evangelísticos en el Mundial de Brasil 2014 con Guillermo Puebla, y la formación de líderes en la Amazonía boliviana. En paralelo, una familia argentina (de identidad protegida) fue levantada como candidatos para Asia Central, mientras que otra familia presentaron un proyecto para alcanzar el golfo árabe, también bajo identidad protegida.
En el plano interno, MAIN se fue consolidando como una verdadera red de voluntariado. Los retiros misioneros estratégicos se convirtieron en un espacio clave para alinear la visión, fortalecer vínculos y formar equipos. En 2014 nació MAIN Joven, con su propio staff y agenda de encuentros. Bajo el liderazgo de Esteban Bisignano, Federico Tempra y Viviana Tempra, y acompañado por jóvenes apasionados por servir a Dios, este equipo impulsó experiencias misioneras de corto plazo en distintos puntos de Argentina. Dos años más tarde se sumó MAIN Cuyo, ampliando la presencia de la organización en distintas regiones.
La secretaría, bajo la coordinación de Elisa Motta, marcó un paso importante en la profesionalización de la gestión: se organizaron los datos de los misioneros y voluntarios, se elaboraron circulares de oración periódicas, se produjo un video institucional y se diseñó el sitio web. También se implementaron reuniones online, y se reforzó tanto el cuidado pastoral como el acompañamiento económico de los voluntarios.
Mientras tanto, en el campo misionero, el proyecto en la Amazonía boliviana se asentaba con la labor de la familia Kalinuchka en Pando (proyecto Prioridad Uno), al mismo tiempo que la familia Gómez trabajaba en Villa Rojas, en la misma región.
En este período, MAIN se definió por un doble movimiento: hacia afuera, expandiendo proyectos en África, América Latina y Medio Oriente; y hacia adentro, consolidando equipos, comunicación y cuidado de sus colaboradores, lo que permitió su proyección como plataforma misionera internacional.
Elisa Motta, primer secretaria de MAIN
Roberto y Laura Gómez
Flyer promocional Proyecto Salta (Main Joven)
Familia Kalinuchka, misioneros de Prioridad Uno
Al equipo de Secretaría, actualmente liderado por Mayra Larrea y Gisela Figueroa, se fueron sumando nuevas áreas de servicio. Primero nació el equipo de Multimedia, actualmente bajo la coordinación de Gabriel Viveros, y más tarde el equipo de Acompañamiento Misionero, conducido por Daniel Martin. Con el tiempo también se incorporaron los equipos de Intercesión y Descanso Misionero, ambos guiados por Silvana Bustamante.
En paralelo, comenzamos a acompañar el proyecto misionero Conectando Naciones, liderado por Alejandra Aresi, que ofrece reuniones virtuales para niños de diferentes partes del mundo, compartiéndoles el mensaje de Jesús.
La expansión también se extendió al campo: se inició un nuevo proyecto en Italia, donde sirve la familia Bernardt. Además, gracias al ministerio The Branch, dirigido por la familia Martin, conocimos a Hansel y Toni, un joven matrimonio en Bangladesh que lleva el evangelio a niños de distintas aldeas de su región.
MAIN comenzó a crecer más allá de Argentina. Surgió MAIN Ecuador, inicialmente liderado por Keyla Espinoza y luego por Erika Demera, lo cual motivó a actualizar el nombre de “Misión Argentina Interdenominacional a las Naciones” a “Misión Alianza Interdenominacional a las Naciones”. Poco después nació MAIN Guatemala, bajo la dirección de Maggie Dionicio, quien ha impulsado y participado en diversos viajes exploratorios en Europa, Asia y África.
En 2025 la familia MAIN siguió ampliándose con la formación de MAIN Panamá, liderado por Lidia Flores, y MAIN Bolivia, liderado por Guiselle Oxa. Ambos equipos asumieron el desafío de organizar un conjunto de viajes exploratorios en 2026 hacia Filipinas, India y Turquía
Actualmente el equipo de dirección incluye a tres pastores comprometidos: Fernando Díaz (Buenos Aires, Argentina), Guillermo Puebla (Mendoza, Argentina) y Daniel Martin (New York, Estados Unidos).
Esta es nuestra historia, pero también es apenas el comienzo. Cada nombre escrito aquí nos recuerda que Dios construye con personas, y que la misión avanza cuando alguien decide dar un paso más. Sigamos escribiendo juntos lo que Dios está haciendo en el mundo, porque cada nombre importa.